miércoles, 12 de enero de 2011

La Academia, Freud & Yo.

Me dieron un nombre y me alienaron de mí, decía la poetisa Clarice Lispector. Frase bastante sugerente que da cuenta de la complejidad que supone nuestra constitución como seres humanos: desde el vientre de nuestra madre nos convertimos en producto de una cultura, de un espacio/tiempo particular. En este sentido, venimos atados desde nuestro nacimiento a entendidos, expectativas, restricciones y reglas socialmente establecidas. Ante este panorama, cabe preguntarse, si nacemos en una cultura tan restrictiva como la nuestra y luego perpetuamos estas restricciones a nuestros instintos en pos de una vida en sociedad, ¿cuán dichosos podremos llegar a ser? Sigmund Freud nos contesta: es difícil llegar a sentirse completamente dichoso ante ella.

Hablemos pues de realidades. Nos llamamos libres, osamos en llamarnos libres y obviamos nuestra complicada verdad: vivimos atados a nuestros amigos, a nuestros trabajos, a nuestros cuerpos, a la naturaleza... pero para vivir en sociedad regulamos esas relaciones, esas dependencias. Las categorizamos, las justificamos, las limitamos para, finalmente, adaptarnos a nuestras propias limitaciones… Ciertamente, se hace plausible que nuestras dependencias, nuestras necesidades no tienen límites y lo que es aún más alarmante, de acuerdo con una de las tesis centrales de Freud, la constitución de una sociedad civilizada realmente depende del conjunto de represiones de cada uno de nosotros… -YINQ© 2010

...TE HACE SENTIDO? QUE PIENSAS TU?

Nota Al Calce: Este introducción corresponde a un proyecto realizado para la unidad I de la clase coop 3006 la cuál estaba relacionada a la condición psicosocial del ser humano.

YINQ DERECHOS RESERVADOS 2010

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